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Icon Lun, 20/01/2014 - 01:38
PÚAS, PÚAS, MÁS PÚAS... (2ª parte)

PÚAS, PÚAS, MÁS PÚAS... (2ª parte)

Seguimos hablando en esta nueva entrega de esas pequeñas endemoniadas que se pierden por cualquier sitio y que usamos para torturar a nuestros vecinos. Continuamos con más materiales plásticos:

  • Otros materiales plásticos:

Como se trata de materiales muchísimo menos utilizados que los anteriores que hemos visto, vamos a hacer una distinción global que abarca varios tipos de plásticos que también son usados en la fabricación de plectros.

 

  • ULTEM

Técnicamente conocido como “resina de polieterimida”, este termoplástico industrial es prácticamente un recién llegado al mundo de las púas. Es un material plástico muy estable, con gran resistencia térmica, fácil de fabricar y muy ecológico. Aun no habiéndose creado, ni mucho menos, para fabricar púas, por su variedad de colores y aprovechando que el tono, musicalmente y estéticamente hablando (uno de ellos), que produce es muy similar a la de la concha de tortuga natural –más adelante también hablaremos de ella-, pronto los fabricantes se han apresurado a denominarlo “el material del futuro”, “concha de tortuga sintética”, “proteína polimerizada cuyas propiedades son idénticas a las de las púas de carey del abuelo de fulanito...”, etc. Dunlop ha desarrollado una línea comercial con el nombre de Ultex, a la vez que Clayton otra con sus Ultem Gold. Lo más gracioso es que, siendo este material una resina termoplástica, algunos fabricantes lo anuncien a bombo y platillo desde hace un par de años como la gran novedad, cuando desde hace muchos años más podemos ver en la web de D’Andrea un apartado donde se lee claramente “thermoplastic resin”, englobando las Spectra Plec, Pro Plec y Ultra Plec. Desconozco su composición química exacta pero en teoría sería lo mismo o muy parecido, sólo que las Dunlop y Clayton son amarillas semitransparentes y se asemejan algo más a la idea más comercial de “tortuga sintética”. Nos entendemos, ¿no?

¿Qué tono produce el Ultem? Bueno, antes de nada debemos resaltar que depende bastante del grosor (no sólo con el Ultem, sino con cualquier otro material). En líneas generales produce bastante ruido en el ataque de la cuerda, cosa que puede o no gustar y el tono es, podríamos decir, una mezcla entre el celuloide y el delrin, aunque algo más cercano a este último, algo hueco también. Es más duradero que el celuloide y define bastante las notas, muy en la línea de la concha natural.

 

  • POLICARBONATO

Casi podríamos llamarlo “plástico de cristal” (de hecho se usa en cristales para gafas). Comercialmente se conoce por Lexan. Es quizás, el plástico más resistente y rígido de que se hacen las púas actuales, es difícil romper una de éstas y, mientras no se pierdan, pueden durar meses tocando realmente fuerte. Quizás dicho así no os suene mucho pero si decimos Dunlop Stubby ya nos vamos entendiendo, ¿no? Parece también un recién llegado, ¿verdad? Pues llegó antes que la Strato, en la década de los cincuenta: se usó en los cascos y viseras de los astronautas, faros de coches, ventanas, “cristales” de semáforos, CD’s, DVD’s, etc.

Como hemos dicho, las púas de Lexan o policarbonato son excepcionalmente duras y resistentes, suelen fabricarse en colores transparentes y con relieves para el agarre.

El tono es recio, muy hueco y con muchísimo ataque, especialmente las acabadas en punta son usadas por guitarristas ultra-rápidos por su rápida transición y articulación. Normalmente van asociadas a sheredders como Tony MacAlpine.

En líneas muy generales éstos son los principales tipos de plásticos usados en la fabricación actual de púas. A veces se usan con nombre distinto y con bastante confusión generalizada pero son los más extendidos. Pero no sólo de plásticos vive el guitarrista, vamos a hablar, todavía dentro de los materiales inorgánicos, de otros tipos de púas que, aunque parezca casi mentira, se usan con bastante asiduidad.

· Otros materiales inorgánicos:

Podríamos hacer una primera distinción: piedra (roca, cerámica y similares) y metal. Del primer grupo poco vamos a hablar. Hay verdaderas bellezas de todo tipo de tamaños, formas y colores pero, musicalmente hablando, no sé hasta qué punto se pueden hacer distinciones en cuanto a tono. Más suave, pulida, redonda o puntiaguda todas las púas hechas con estos materiales dan un sonido bastante similar. Habrá quien guste de tocar con cosas así pero la verdad es que no se ven demasiado.

Del segundo grupo, las púas metálicas, sí creo que hay bastante por comentar: lo primero de todo y antes de nada, God Save Brian May!!! Nuestro querido guitarrista de Queen lleva años tocando con una moneda de seis peniques, sería injusto no rendir nuestro pequeño homenaje a este hombre. En el caso de Brian May, al tocar con una pequeña moneda cuyo borde está dentado, el sonido es “rasposo”: cada vez que ataca la cuerda se escucha antes de la nota en sí un “frisssshh” que queda registrado como parte distintiva del solo y de su sonido. A eso le unes la guitarra los AC-30, el booster, etc., en fin, sonido Queen total.

Es lo primero que deberíamos decir cuando hablamos de metal pulsando metal: el roce que produce la fricción de los dos metales es una de las característica principales del uso de este material. Seguido de esto, se puede experimentar bastante variando los ángulos de taque, jugando con las pastillas, el feedback..., es un mundo. La contrapartida: te puedes quedar sin golpeador en unos años y acabar tu guitarra como la “Number One” de SRV por algunas zonas. En guitarras eléctricas se nota bastante este conjunto de características que proporciona el metal al sonido pero también se usa mucho con guitarras acústicas. En este punto, como opinión personal, a mí me gusta bastante para ciertos sonidos. A veces, con o sin bottleneck, se consiguen sonidos realmente curiosos.

Permitidme que os cuente algo: una vez leí por ahí una historia sobre unas púas anteriores a 1964 hechas con monedas de un cuarto de dólar y que daban un buen tono y demás parafernalias. Me refiero a hace bastantes años, mucho antes de que saliera ese anuncio de las “mojo picks” en ebay (echadle un ojo, lo mismo todavía anda por ahí). El hecho de que fueran anteriores a esa fecha era por la composición de plata en un 90%. No me creí ni la mitad de lo que leí porque la plata se la beben las cuerdas en dos días y no tiene mucho sentido que la base de un buen tono dure eso, un par de días. Pero como soy un poco “duro de azotea” y tenía algunos cuartos de dólar de plata y de cobre niquelado tirados en algún lado, me hice un par de púas con ellas para probar: les di aproximadamente la forma de una Jazz III y la verdad es que quedaban muy originales, muy “Made In USA”, desde luego, ja, ja. El caso es que las probé con una guitarra acústica y, si bien no había diferencias claras entre la de plata y la de cobre niquelado (rollo patatero), me encantó el ataque, la proyección y la definición que daban con cuerdas del 12 para arriba en una caja de resonancia, aparte del volumen. Desde entonces, uso muchísimo la que me queda, la de cobre y para algunas cosas es simplemente alucinante (a la hora de grabar da un saborcillo a la mezcla que gusta, la verdad). La de plata ni me acuerdo de dónde está, si es que la tengo. Nada que ver con esas púas de aluminio delgadillo que venden en algunas tiendas y que no hacen nada aparte de destrozarte la cubierta de la pastilla.

Bueno, creo que con esto hemos acabado con todos los materiales inorgánicos, dejamos pendientes más entregas, principalmente materiales orgánicos y algunas que otras curiosidades relacionadas con las púas.

Espero que os guste.

Que os cunda, salud. 

Daniel J. García para www.guitarrista.com

Puedes ver la 1ª parte de este artículo aquí